Cuando te enfadas puedes actuar de maneras diferentes.
Puedes quejarte y dejarte llevar por la ira o puedes
cambiar el rumbo. Es normal enfadarse, pero hay que evitar que la ira provoque
más problemas. Cambiar el rumbo, darse tiempo para tranquilizarnos y encontrar
una solución más fácil a lo que ha sucedido.
Los siguientes pasos te pueden
ayudar:
1. DETÉNTE. Párate y tómate unos
segundos para reflexionar. Piensa cómo te sientes.
2. RESPIRA HONDO. Hazlo hasta que
puedas pensar con claridad.
3. EXPLICA EL PROBLEMA Y CÓMO TE
SIENTES. Habla con los demás sobre el problema que tienes, cómo te sientes y
trata de encontrar una solución. Valora qué puedes hacer para sentirte mejor y
qué consecuencias tiene.
(Adaptado del Programa "SENTIR Y PENSAR" Editorial SM).
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